A veces, en esta profesión, tenemos el lujo de contar historias que nos emocionan y que nos arrancan lágrimas. La siguiente es uno de esos casos que nos hacen recurrir a la típica frase de “se me ha metido algo en los ojos” para disimular.  Fanny y su padre, Luis, son los protagonistas de esta, ambos están internos en el Centro Casaverde de Catral. Cada despedida entre ellos suponía una recaída de tristeza para él ya que cuando ella se iba de su lado él pensaba que se la estaban quitando para siempre. Luis, por su enfermedad, no comprendía nada de lo que sucedía.

Hasta que un día, los cuidadores de Luis observaron que tenía la capacidad de leer y decidieron escribirle un mensaje de tranquilidad en su habitación que decía lo siguiente: “Hola Luis, que sepa que su hija vive aquí, lo que pasa es que les distancia un jardín”. Así que el padre, cada día, miraba a su hija a través de la ventana. Pero como había muchas, los trabajadores de la residencia Casaverde de Catral en Alicante decidieron hacer algo para que él pudiese distinguir la ventana de Fanny. Por lo que pusieron un corazón en el cristal en ella y, gracias a eso, Luis sabe que está su Fanny. Siempre.
Una de las artífices de esta idea fue la psicóloga del Centro, Vanesa López Manchón, quien nos ha dedicado hoy unos minutos para contarnos esta preciosa y esperanzadora historia que está llegando a todos los rincones de nuestro país.